sábado, 2 de agosto de 2008

BARCOS

Ya era costumbre, con mi hija Daniela, bajar a la playa y andar recogiendo restos de “espumafoam”, palos, pedazos de tablas pintadas, seguro partes de embarcaciones, cualquier tapa por ahí de plástico, etc. y armar círculos de personajes en ceremonias quien sabe de que tribu.




Luego me dio por colgar cosas. Tenía su dificultad crear dispositivos más o menos estables para que, con los objetos voladores, resistiesen lo más posible al viento del verano peninsular. Les había cogido el golpe que hasta se alineaban con el viento.





De un tiempo para acá, no me da pereza adentrarme un poco en el mar para librar barcos hechos esta vez con mi hijo Mattai.

El principio es: un cuerpo flotante, una vela (Mattai le pone plumas) y una quilla – contrapeso y funcionan. El viento sopla predominantemente del oeste y la playa corre de oeste a este, así que la quilla – timón tiene que estar orientada de tal manera que la nave se aleje flotando a babor.

1 comentario:

Autómata dijo...

Xavier, que emocionante que los juegos con tus hijos tengan esa carga de creatividad tan honda (arte?), yo también tengo una hija y no sabe que ansiedad siento de que crezca más y que podamos ir a jugar a la playa... saludos